- 01 de diciembre de 2022
El incremento se desaceleró con respecto a los meses previos y arrojó la variación más baja de 2022. Así, el IPC podría haber perforado el 6% el mes pasado.
Uno de los principales objetivos que persigue el Gobierno es
reducir la inflación, sobre todo la que impacta en los alimentos. Y, según se
desprende de distintos relevamientos privados, durante noviembre se observó una
marcada desaceleración dentro de ese rubro.
De hecho, de acuerdo al informe que elabora la agrupación
Consumidores Libres, la canasta básica de alimentos subió un 3,95% el mes
pasado. Se trata de la variación más baja para un mes en lo que va del año y
representó una significativa desaceleración con respecto a los meses previos:
en octubre, ese grupo de alimentos había aumentado un 6,2%; en septiembre 6,1%
y en agosto, 6,3%. En lo que va del año, la canasta acumula una suba del 78,2%.
Según el relevamiento, el rubro almacén presentó un
incremento del 6,3% el mes pasado y dentro de ese segmento se destacaron las
subas del aceite (6,6%), el arroz (8,3%), los fideos (11,5%) y el pan (8,7%).
En tanto, las frutas y verduras treparon 3%, encabezadas por las manzanas
(22,8%); la cebolla trepó 7,3% y la papa negra 1,7%. Las carnes, por su parte,
subieron 2,6%: el asado se incrementó 2,7% y la paleta, 5,2%.
Distintas consultoras que miden la evolución de los precios
ya habían advertido que durante noviembre se evidenció una desaceleración en la
suba del rubro alimentos. Por caso, desde C&T, destacaron que “los
alimentos y bebidas se moderaron fuertemente, a 3,8% mensual, sobre todo,
gracias a la carne, las verduras y las bebidas”. “Esta moderación no se dio en
los rubros no alcanzados por los acuerdos de precios, como las comidas listas
para llevar o restaurantes”.
Para Focus Market, por su parte, los alimentos subieron
5,2%. "En noviembre observamos desaceleración de la suba de precios en
categorías de canasta básica alimentaria. En octubre se habían producido
fuertes aumentos preventivos frente a un congelamiento de precios futuros, que
se terminó dando con el lanzamiento del programa Precios Justos”, señaló al
respecto Damián Di Pace, director de la firma, quien detalló: “En el mercado se
presenta un comportamiento dual. En grandes superficies hay cumplimiento del
programa, mientras que en el resto del canal de autoservicios hay aumentos de
hasta doble dígito en varios productos".
Esos “aumentos preventivos” son uno de los factores que
pueden explicar la desaceleración de precios durante noviembre. Otro aspecto
que puede incidir, tal como señaló Di Pace, es la caída en el consumo que se
registra en las distintas superficies de supermercados y autoservicios en los
últimos meses. Un tercer punto que destacó el especialista en este sentido es
la puesta en marcha del programa Precios Justos.
"Quizás el dato llamativo de la medición de precios de
noviembre es que algunas categorías disminuyeron de precio como el caso de
pañales, jugos en polvo, lavandina, rollos de cocina, entre otros. La caída del
consumo del 11% en octubre en supermercados de hasta 500 m2 y 4,3% en grandes
superficies, les ponen un techo a los precios”, sostuvo Di Pace, quien agregó:
“De cara a diciembre, el Gobierno intentará mejorar el humor social
incrementando un 20% el Salario Mínimo Vital y Móvil, 40% la tarjeta Alimentar,
un bono de $10.000 en tres tramos para los jubilados y negocia un bono para
asalariado privados que han perdido frente a la inflación".
Panorama de la inflación
Lo cierto es que un menor aumento en el rubro alimentos
habría ayudado a bajar la inflación general durante el mes pasado. De hecho,
algunas consultoras estiman que se ubicó en torno al 6% y algunas proyectaron
incluso que podría haber perforado ese piso.
“La desaceleración de noviembre se explica principalmente
por el menor aumento en los alimentos. Si bien, comenzó el programa de ‘Precios
Justos’, este comportamiento comenzó a observarse algunas semanas previas a la
implementación del mismo. El efecto del acuerdo de precios será mayormente
visible a partir de diciembre, aunque claro está que su resultado será
temporal, debido a que las inconsistencias de la política fiscal y monetaria no
son compatibles con una baja sostenida de la inflación”, señaló al respecto
Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
Por su parte, desde la consultora LCG señalaron: “Nuestro
relevamiento semanal de precios de alimentos registra una significativa
desaceleración, ubicándola en torno al 0,9% semanal (consistente con un 3,5%
mensual). De todos modos, esperamos que, de mantenerse, esto se vea reflejado
hacia diciembre, una vez que el efecto del arrastre estadístico de octubre se
disipe”.
“En este sentido, si bien la economía parecía estancarse en
un piso de inflación del 6% mensual, el actual programa de Precios Justos
(ahora ampliado también a combustibles) en conjunto con meses de mayor
estacionalidad en la demanda de dinero, podrá generar cierta merma en el ritmo
de aumento de los precios”, agregaron desde la firma, y concluyeron: “De todos
modos, el desafío tomará lugar una vez que el programa termine y las empresas
deban reajustar precios para recuperar la rentabilidad perdida, lo cual podría
amenazar con realimentar la inercia inflacionaria, principal componente que
busca atacar el Gobierno. No obstante, en virtud de una alta nominalidad en el
resto de los rubros, un ritmo de devaluación más alto y reaperturas de
paritarias, esperamos que la inflación alcance el 110% anual para 2023”.
Fuente: ámbito
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