- 08 de mayo de 2019

Con la llegada de las bajas temperaturas, las personas suelen utilizar diferentes objetos para calefaccionar el hogar sin tomar las medidas preventivas a fin de evitar las intoxicaciones por inhalación de monóxido de carbono.
En tal sentido, desde el Ministerio de Desarrollo Humano, a
través de la Secretaría de Asistencia Directa y Calidad de Vida, brindan a la
comunidad una serie de consejos prácticos sobre los cuidados que se debe tener
en los hogares para evitar las intoxicaciones con monóxido de carbono que en
casos extremos pueden causar la muerte.
La combustión de los equipos de calefacción genera monóxido
de carbono, que es una sustancia tóxica que ingresa al cuerpo por la
respiración y se concentra en los ambientes mal ventilados. Inhalar este veneno
puede llevar a la muerte, es altamente peligroso porque no se detecta a través
de los sentidos, ya que no tiene olor, sabor, color y no produce irritación de
ojos y/o nariz.
Los accidentes por inhalación de monóxido de carbono pueden
ser evitados con simples medidas de prevención: las personas deben tener
cuidados extremos con la manipulación de
los aparatos de calefacción, ya que los desperfectos, las desatenciones u otros
motivos, pueden provocar serios perjuicios para la salud.
Por esta razón, recomendamos evitar el uso de braseros a
leña o carbón, salamandras, estufas a querosén, hornos de cocina y otros
elementos de llama libre dentro de los hogares para calefaccionar los
ambientes. Si su uso es inevitable, como en el caso de braseros o salamandras
que no tienen salida al exterior, se tienen que encender fuera de la casa, al
entrarlos se debe dejar una ventana o puerta entreabierta, ventilar
frecuentemente la vivienda durante el día para renovar la oxigenación.
A los aparatos no hay que dejarlos desatendidos y sacarlos o
apagarlos antes de ir a dormir, no encender
grupos electrógenos en el interior de las viviendas, evitando de esta
manera las emanaciones, que causa asfixia hasta llegar a la muerte. Usar las
hornallas o el horno de las cocinas puede traer consecuencias graves, ya que no
están diseñados para calefaccionar.
Las estufas y aparatos eléctricos, se deben apagar de noche
y cuando no sean necesarios, como cuando salimos de la casa. Los calefones a
combustión no se tienen que instalar en baños, sólo instalar artefactos con
salida al exterior (tiro balanceado). Controlar que la llama en los artefactos
de gas sea de color azul, si es amarilla es signo de mala combustión.
Las niñas y los niños son los más vulnerables a los efectos
del monóxido de carbono, por lo tanto, no deben quedarse solos encerrados en
los hogares, con braseros o calefacción encendidos.
También se debe verificar que los conductos o rejillas de
ventilación no estén obstruidos. Un pequeño espacio por donde el aire circule y
se renueve es fundamental y puede salvar una vida.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes de intoxicación por inhalación
de monóxido de carbono son: dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos,
debilidad, cansancio y/o pérdida de conocimiento. En altas concentraciones
puede producir la muerte en minutos.
Ante los primeros síntomas, abrir puertas y ventanas,
mantener los ambientes bien ventilados y retirar a las personas que se
encuentren en el lugar contaminado. En todos los casos, concurrir al Centro de
Atención Primaria de Salud (CAPS –
Puesto de Salud), hospital más cercano o llamar al SAME 107 (número gratuito).
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