- 16 de enero de 2024

El piso salarial es de 156 mil pesos desde diciembre y ese valor representa el más bajo desde antes de 2004, cuando Néstor Kirchner reanudó los debates.
El Gobierno desactivó la convocatoria que planificaba para
antes de fin de mes del Consejo del Salario. Es en respuesta a la tensión con
la CGT y otras centrales obreras y sociales por el paro y la movilización del
24 en protesta por el paquete económico del oficialismo.
El piso de ingresos es de 156 mil pesos desde diciembre y
sólo en ese mes, en el que el valor tuvo su última suba de 8,5%, la inflación
fue de 25,5 por ciento. La variable económica más crítica que depende del
salario mínimo es el valor de los planes sociales, que se ajustan de manera
automática y del cual dependen más de 1,2 millón de beneficiarios, y también
incide en los haberes jubilatorios y el seguro por desempleo.
El llamado en enero al Consejo del Empleo, la Productividad
y el Salario Mínimo, Vital y Móvil fue una de las primeras confirmaciones del
Gobierno. El propio secretario de Trabajo, Omar Yasín, había situado ese debate
entre sindicalistas y empresarios entre el 20 y el 30 de este mes.
Su pronóstico, claro, había sido hecho antes de que la CGT
declarase un paro de 12 horas para el 24 y contara para la ocasión con la
adhesión de las dos CTA y el grueso del arco de los movimientos sociales tanto
para esa medida como para la marcha proyectada al Congreso.
El piso salarial fue una de las instituciones que reactivó
Néstor Kirchner durante su presidencia y desde entonces nunca se discontinuó.
En aquel momento fue clave como parámetro para otras negociaciones salariales
y, en menor medida, para el impacto directo sobre una porción de los
trabajadores no regidos por convenios colectivos.
Este último número se hizo cada vez más exiguo a medida que
los sueldos formales crecieron por encima del mínimo y la mayor incidencia del
salario base pasó a ser el valor de los planes sociales. En la actualidad los
beneficiarios del Potenciar Trabajo cobran 78 mil pesos, la mitad de un salario
mínimo.
La paradoja es que el Consejo del Salario cuenta con 32
miembros repartidos a medias entre representantes de centrales obreras (la
mayor parte, de CGT, y algunas sillas para las dos CTA) y las cámaras
patronales (comercio, industria, construcción, banca, pymes y bursátil) que
deciden el valor de un índice que en un caso sus representados no cobrarán, y
en otro no pagarán. Sólo el Estado, que suele oficiar de árbitro, es el pagador
real del salario mínimo. También, porque garantiza el piso de los haberes
jubilatorios y ajusta el valor del seguro por desempleo.
Ayer Héctor Daer, cosecretario general de la CGT, aprovechó
su participación en el Congreso en el debate del DNU para reclamar "la
urgente convocatoria" al Consejo del Salario. Hasta el gobierno anterior
la central obrera planteaba por lo bajo la importancia de un desenganche de los
planes sociales del Consejo para evitar que las discusiones por intereses
distintos quedaran mezcladas.
Alberto Fernández llegó a evaluarlo pero lo descartó por
presión de los grupos piqueteros, que se valen de la negociación llevada
adelante por las centrales obreras para obtener actualizaciones de los planes,
o al menos así fue hasta el año pasado.
En los números con los que cuenta el Gobierno el salario
mínimo experimentó el año pasado una suba de 124 por ciento entre abril (la
primera de las tres convocatorias de ese período) y diciembre contra una
variación de 156% en la canasta básica. La pérdida neta de poder adquisitivo es
atribuible a la gestión de Alberto Fernández. Y sólo en diciembre, cambio de
gobierno mediante, perdió 15% de poder de compra. En la serie histórica hay que
remontarse hasta antes de 2004 (previo a la reanudación del Consejo del
Salario) para encontrar un piso de ingresos más bajo que el actual.
Fuente: ámbito
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