- 19 de noviembre de 2024
Por estas horas, el Gobierno define los pliegos para la privatización de la compañía Intercargo con la intención de tenerlos listos antes de fin de año.
Para el presidente Javier Milei el proceso de traspasar a
manos privadas las más de 129 empresas en las que tiene participación el Estado
es una prioridad, suelen comentar quienes lo conocen bien.
En este sentido, el Gobierno avanza en la definición de los
pliegos para la privatización de la compañía Intercargo con la intención de
tenerlos listos antes de fin de año, según anticiparon fuentes oficiales a
ámbito.
Se trata de la empresa que brinda los servicios de rampa y
de transporte de pasajeros en 21 de los principales aeropuertos del país. Entre
sus acciones, se ocupa del remolque de los aviones, la señalización previa al
despegue o aterrizaje, el traslado de los pasajeros desde y hacia las
aeronaves, la carga y descarga de equipajes, el suministro de energía
eléctrica, agua potable y desagote de baños y la limpieza, entre otras
funciones.
Las autoridades están evaluando cuál es el mejor modelo para
transferir este servicio a manos privadas. Se dispondría una licitación
internacional y una posibilidad sería la venta en conjunto de la compañía,
aunque se le asigna mayor probabilidad a la apertura del negocio por punto de
interés.
De acuerdo con los últimos datos oficiales, correspondientes
al primer semestre de 2024, Intercargo contaba con 1.580 empleados. La compañía
tuvo un superávit financiero de $1.245 millones el año pasado y de $9.636
millones a fines del junio del año en curso, según el sitio Chequeado.com.
El caso Aerolíneas Argentinas
El caso de Aerolíneas Argentinas se encuentra entre los más
complejos dentro del proceso de privatización, según reconocen en medios
oficiales.
Las últimas novedades consistieron en que los gremios
aceptaron recortar los beneficios para los trabajadores, pero quienes tienen
una visión crítica del proceso señalan que con esta actitud los sindicatos
“lograron ganar el verano”, en lo que se consideran “concesiones marginales que
no solucionan el problema de fondo”.
Asimismo, los gremios continúan con su pelea contra la
privatización y, por ejemplo, en los micros que llevan a las aeronaves suelen
poner carteles criticando al ministro de Desregulación y Transformación del
Estado, Federico Sturzenegger, y apelando a la “soberanía nacional defendiendo
a Aerolíneas Argentinas”.
Sin embargo, la determinación del presidente Javier Milei es
que la línea se privatice.
Uno de los problemas es que la incertidumbre sobre el futuro
de la compañía perfila afectar sus resultados. Por caso, noticias provenientes
de Uruguay señalan que la venta de pasajes de Aerolíneas Argentinas desde el
vecino país "cayó totalmente" por los conflictos que enfrenta la empresa
y desde la Asociación Uruguaya de Agencias de Viajes (Audavi) convocan a no
comprar tickets en medio de la actual incertidumbre.
AYSA
Agua y Saneamientos Argentinos (AYSA) es otra de las
compañías que la Agencia de Transformación y Privatización de Empresas Públicas
prevé transferir a privados próximamente. “Hay interesados en hacerse cargo de
la operación”, señalaron a este medio fuentes oficiales.
En este sentido, señalaron que “el problema de esta empresa
es más político que económico” ya que brinda servicios en el conurbano
bonaerense, es decir un territorio en donde tiene fuerte presencia política el
kirchnerismo.
De todas formas, indicaron que “la decisión del presidente
Javier Milei es resolver la situación de AYSA porque no es justo que todos los
argentinos subsidien a los consumidores del Gran Buenos Aires”.
El cierre de la ex Ciccone
En el marco de otro proceso de privatización, en este caso
referido a Casa de Moneda, este lunes el Gobierno anunció el cierre de uno de
las principales unidades de la empresa, la planta impresora de billetes ubicada
en Don Torcuato que perteneciera a la familia Ciccone y que fuera expropiada en
2012.
Esta decisión supone un ahorro anual para el Estado de
$5.040 millones y las 270 personas que cumplían funciones en esta planta “serán
dispensadas hasta determinar las políticas a seguir”, según señaló el ministro
de Economía, Luis Caputo, en redes sociales.
En paralelo, las autoridades están brindando asistencia a
distintas reparticiones oficiales que reciben servicios de Casa de Moneda para
que vayan consiguiendo otros proveedores. Debe tenerse en cuenta que hoy la
compañía suministra desde estampillas de cigarrillos para la agencia de
recaudación hasta chapas patente de automotores para el Ministerio de Justicia.
Desde ya, adelantan en fuentes oficiales, “este proceso demandará tiempo,
seguramente unos meses”.
En lo inmediato, el Banco Central decidió terminar con los
contratos vigentes entre la entidad y la Casa de Moneda, relativos a la
impresión de billetes. Los últimos lanzados, de $10.000 y $20.000, fueron
importados en una operación que significó “un importante ahorro” para la
autoridad monetaria, según sostienen en el Gobierno.
Fuente: ámbito
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