El Frente de Todos perdió hasta en distritos clave como la provincia de Buenos Aires y en el propio bastión K: Santa Cruz. Cristina Kirchner podría quedarse sin quórum en el Senado.

Las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) representaron para el Gobierno una dura derrota en todo el país y un fuerte tropiezo para el Presidente Alberto Fernández y su vice Cristina Fernández de Kirchner. El golpe es tal que la titular del Senado podría poner en riesgo el quórum en la Cámara Alta, un escenario que en la previa parecía inimaginable para incluso los más pesimistas de la Casa Rosada.

Los candidatos del Frente de Todos perdieron -al cierre de esta nota- en 17 provincias, entre estos, algunos bastiones peronistas que históricamente le dieron un fuerte apoyo al kirchnerismo como Chaco y la propia Santa Cruz, tierra que vio nacer a este espacio.

La cuarentena estricta durante 2020 con largos meses de inactividad económica, la alta inflación, las críticas al plan de vacunación con contratos incumplidos durante los primeros meses del año que impidieron vacunar a miles de personas antes de la llegada del frío y la filtración de las fotografías del cumpleaños de la Primera Dama Fabiola Yañez durante el aislamiento se convirtieron en un cóctel letal para las aspiraciones del Gobierno y generaron el rechazo del electorado.

Además de Chaco y Santa Cruz, el espacio que encabezan Alberto Fernández y Cristina Kirchner perdió en Buenos Aires, la Ciudad, Chubut, Corrientes, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Fe, San Luis y Tierra del Fuego. Un mapa que se pintó con muy pocos colores celestes y mucho amarillo.

Esta derrota genera, a su vez, un terremoto interno en el Frente de Todos. Allí conviven por estas horas los que culpan a La Cámpora por su estrategia en la Provincia de Buenos Aires y los que apuntan al Presidente por la mala gestión de su gabinete. Un intendente de un municipio de la Tercera Sección Electoral le dijo a TN.com.ar que se pensó en una estrategia de campaña “banal” que “no reconoció que hay hambre en los barrios más humildes”.

En rigor el malestar de Cristina Kirchner con los funcionarios de la Casa Rosada no es nuevo. De hecho, en el cierre de campaña en Tecnópolis, la Vicepresidenta habló de la necesidad de tener “ministros tercos”. Como sea, Alberto Fernández no solo tendrá el desafío de cara a noviembre de revertir esta elección, sino de controlar a su propia tropa.

En su fuero interno el Presidente repetía que las PASO 2021 serían una especie de plebiscito de su gestión, y que una victoria lo blindaría ante los embates de la Vicepresidenta. Uno de los últimos cortocircuitos entre ambos se produjo porque Cristina Kirchner lo cuestionó por no haberla defendido mediáticamente con tanta vehemencia como sí se defendió a sí ante la aparición del OlivosGate.

La molestia de Cristina se centra, entre otras cuestiones, en el rumbo de la economía. En el Instituto Patria aseguraban antes de los comicios que el ajuste fiscal que promueve el ministro de Economía Martín Guzmán sería contraproducente para una hipotética victoria del Frente de Todos. Tras esta derrota, ¿el Presidente podrá sostener sus dichos respecto a que no habrá cambios en el gabinete?

Es que si estos resultados se replican en noviembre, el Frente de Todos perdería unos seis de los 15 senadores que pone en juego, lo que dejaría a Cristina Kirchner sin quórum, todo una catástrofe que ni el más de los pesimistas de los K imaginaba en la previa de las PASO. La mayoría actual pasaría de 41 a 35, dos menos de lo necesario para no necesitar de ninguna negociación para aprobar iniciativas.

“Evidentemente algo no hemos hecho bien para que la gente no nos acompañe como esperábamos que nos acompañe”, señaló Alberto Fernández en la sede del Frente de Todos. “De los errores aprendemos”, lanzó el Jefe de Estado, que habló ante la atenta mirada de Cristina Kirchner, Máximo Kirchner, el titular de la Cámara de Diputados Sergio Massa, el gobernador bonaerense Axel Kicillof y los precandidatos Victoria Tolosa Paz y el exministro de Salud bonaerense Daniel Gollán. Fue el único orador de la noche, en un discurso con el que intentó dejar atrás la derrota e incentivar a la militancia a revertir el resultado de cara a noviembre.

Es que el Gobierno perdió en una tierra en la que no pensaba hacerlo, la provincia de Buenos Aires. Allí Diego Santilli y Facundo Manes le propinaron a Victoria Tolosa Paz una derrota impensada: 38% a 33% al cierre de esta nota. Este triunfo se explica gracias a la contundente ventaja en distritos clave como Bahía Blanca (48,17%); General Pueyrredón (46,25%), Lanús (38,81%), La Plata (44,12%) e importantes victorias en el interior de la provincia.

Otro de los factores que incidió en el triunfo oficial fue que en los distritos más populosos de la tercera sección electoral como La Matanza, la diferencia entre el Frente de Todos y Juntos no fue tan grande como la que esperaba la Casa Rosada. Un 44,88% contra un 24,58% del espacio que lideraban Santilli y Manes. Esto también explica la derrota del oficialismo.

Fuente: TN

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