- 22 de enero de 2019

El paciente explicó que ese era su remedio para aliviar el dolor de espalda. Lo hizo durante 18 meses.
La mayoría de médicos han visto de todo a lo largo de su
carrera. Pero esta última historia es una de las más rocambolescas de los
últimos tiempos. Ha ocurrido en Irlanda. Un hombre ha sido hospitalizado
después de intentar calmar su dolor de espalda crónico inyectándose su propio
semen en el brazo.
La sorpresa ha sido tal entre los medios, que el Irish
Medical Journal ha hecho un estudio propio, en el que da detalles de qué
ocurrió. Al parecer, el individuo pidió ayuda médica por un “dolor lumbar
severo y repentino” tras “levantar un objeto de acero pesado tres días antes”.
En el examen médico, los doctores se percataron de que algo
extraño ocurría en el brazo del paciente, pues estaba rojo y exageradamente
hinchado. El paciente acabó revelando que su remedio casero para el dolor de
espalda era inyectarse su propio semen en el brazo una vez al mes.
Llevaba haciéndolo 18 meses, algo que alarmó al sanitario.
Por si fuera poco, la aguja que utilizaba la compró por internet y no cumplía
con la higiene adecuada. Las radiografías de a zona afectada revelaron un
enfisema subcutáneo, un problema que surge por la penetración de aire en los
tejidos subcutáneos y por lo que tuvo que ser intervenido.
Los médicos todavía se preguntan cómo se le ocurrió
semejante idea. Además, indican que este caso muestra los riesgos que conlleva
“la experimentación médica antes de realizarse una investigación clínica extensiva”.
El Dr. L Dunne, que llevó a cabo una revisión exhaustiva
sobre la inyección de semen intravenoso para el tratamiento del dolor de
espalda, así como para otros usos médicos y no médicos, asegura que «aunque hay
un informe sobre los efectos de la inyección subcutánea de semen en ratas y
conejos, no se encontraron casos de inyección de semen intravenoso en humanos
en toda la literatura». «Los intentos de inyección intravenosa y arterial de
sustancias nocivas -continua- como el mercurio, la gasolina, el líquido
encendedor de carbón, el ácido clorhídrico y el hidrocarburo, están bien
descritos y, por lo general, se realizan en un intento de suicidio, en
oposición al caso detallado, en el que el paciente intentaba aliviar las
molestias físicas». Así, asegura que se trata del «primer caso descrito de
inyección de semen intravascular y absceso asociado en la literatura médica»
del que destaca «los peligros de la punción venosa cuando la realiza una
persona no capacitada, así como los riesgos vasculares y de tejidos blandos que
rodean el intento de inyección de sustancias no destinadas para uso
intravenoso. El caso también demuestra los riesgos relacionados con la
experimentación médica antes de una investigación clínica extensa en forma de
ensayos en fases que incluyen evaluaciones de seguridad y eficacia».
Fuente: La Vanguardia
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