- 13 de mayo de 2021
Francia respalda la gestión del presidente Alberto Fernández con el Club de París, pero dejó claro que hay condiciones que cumplir.
Alberto Fernández y Martín Guzmán confirmaron en la etapa
francesa de la gira presidencial la visión que el Presidente recibió de su
ministro de Economía en Buenos Aires: el Club de París está tan interesado como
Argentina en cerrar un acuerdo. Y no quiere quedar como el organismo que obligó
a un estado de importancia mediana pero concreta como Argentina a entrar en
default en medio de la pandemia. Pese a esto, el francés Emmanuel Macron y su
ministro de Economía Bruno Le Maire dejaron claro que estar “on track” con el
Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque sea de una manera básica, es una
condición innegociable. Y que, a diferencia de las discusiones con los
acreedores privados y el FMI, en este caso el Gobierno de Alberto Fernández
siempre consideró esta deuda como 100% legítima en sus reclamos y desvinculada
de circunstancias políticas de otorgamiento.
Sin embargo, el oficialismo criollo cree que su tratamiento
debe ser el mismo que el resto de los acreedores, con lo que también debe ser
renegociada; dado que, siguiendo los dictámenes de Alberto Fernández y Cristina
Fernández de Kirchner, hoy no se puede pagar. Guzmán tiene la intención además
de completar el año con las reservas del Banco Central intactas, para poder
tener poder de fuego cambiario lo suficientemente importante para garantizar
una política monetaria tranquila hasta, al menos, después de las elecciones de
octubre.
La Argentina mantiene su deuda con el Club de París en nivel
de default desde el 5 de julio del año pasado, lo que implica un caso inédito
(por lo negativo) en la breve historia moderna del país con la entidad; y luego
de haber dejado de pagar los compromisos en 2001 tras la declaración de default
generalizado de Adolfo Rodríguez Saá del 22 de diciembre de ese año. Bajo la
gestión del entonces ministro de Economía Axel Kicillof, el país regularizó en
mayo de 2014 la relación con la negociación de un nuevo y ambicioso plan de
pagos. En aquellos días, Argentina soñaba con volver a los mercados
internacionales, y buscaba una alternativa cerrando el default directo con este
grupo de países. Sin embargo, en mayo de 2019 volvió a incumplir, ya con el
Mauricio Macri en el poder, al no liquidar la totalidad de un vencimiento a la
espera de mejores vientos financieros en 2019. Estos nunca llegaron, y
finalmente el Gobierno de Alberto Fernández con Martín Guzmán como ministro de
Economía oficializaron la situación el 5 de mayo del año pasado.
Ese día Argentina directamente dejó vencer la anteúltima
cuota; y, dos meses después (pasados los 60 días hábiles reglamentarios) se
oficializó el default. Se deberían haber girado unos u$s2.102 millones,
correspondientes al pago final del acuerdo que había negociado Kicillof como
ministro de Cristina de Kirchner, cerrando, en ese momento, el penúltimo foco
de deuda impago que mantenía el país desde fines de 2001. Sólo restaba terminar
con el juicio con los fondos buitre, que recién se cerró en abril de 2016 con Alfonso
Prat Gay como ministro.
El organismo ya sabía desde febrero del 2020 que Argentina
no cumpliría con el compromiso. El 5 de ese mes Guzmán declaró desde Roma, con
el papa Francisco y la titular del FMI como testigos directos, que “la
Argentina pagará tasas de interés del 9% de la deuda de 2020 a 2021 con el Club
de París, y eso no sólo es insostenible, sino que también marca un anclaje muy
importante para el resto de la reestructuración. Definitivamente, no es pari
passu lo que estamos tratando de hacer; entendemos las complejidades del Club
de París, pero si vamos a hacer las cosas bien, también necesitamos
cooperación”. Guzmán se quejaba abiertamente por las condiciones del acuerdo
que había negociado Kicillof en mayo de 2014, cuando por una deuda de unos
u$s9.700 millones, el Club de París le aplicaba una tasa de interés de 9% para
el nuevo plan de pagos, un nivel considerado muy elevado contra el 4% de promedio
para créditos de países emergentes en aquellos tiempos. Esa tasa de interés se
aplicó en realidad desde mayo de 2019. Decidió en su momento Mauricio Macri,
con Nicolás Dujovne como ministro, no pagar aquel vencimiento, y ahorrar unos
u$s1.900 millones, dinero clave para sostener su plan cambiario en momentos de
corridas.
Luego, ya con Alberto Fernández en el gobierno, Argentina
mantuvo su deuda con el Club de París en nivel de default desde el 5 de julio
del año pasado. Ese día Argentina directamente dejó vencer la penúltima cuota;
y, dos meses después (pasados los 60 días hábiles reglamentarios) se oficializó
el default. Se deberían haber girado unos u$s2.102 millones, correspondientes
al pago final del acuerdo que había negociado Kicillof como ministro de
Cristina de Kirchner.
Fuente: ámbito
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