- 12 de enero de 2023

El año pasado el BCRA emitió casi $8 billones. Logró aspirar $6,5 billones. Pero este año hará falta otro tsunami de pesos para cerrar las cuentas.
Con estos números los precios no pueden retroceder tanto.
Encima la deuda remunerada del BCRA ya supera los $10 billones y hoy cuesta el
75% anual.
Algunos se van sorprendiendo con los saltos de los
diferentes tipos de cambios informales y financieros pero seguramente soslayan
la catarata de pesos que emitió el Gobierno en el cierre del año pasado. Entre
una cosa y otra, en las últimas semanas de 2022, se emitieron más de $1,5
billones. Sin embargo la expansión de la base monetaria convalidada por el
Banco Central (BCRA) fue de solo $696.000 millones. Porque de lo contrario se
hubieran visto ya el mes pasado algunos cimbronazos cambiarios e
inflacionarios. El tema es que antes de esta expansión monetaria ya la economía
venía arrastrando un exceso de pesos, de modo que se siguen acumulando más
pesos excedentes no solo en los bolsillos, depósitos sino también en el propio
BCRA. Entonces, para vislumbrar algo de lo que viene veamos cómo se comportó el
BCRA en 2022.
En términos generales, la base monetaria creció en $1,55
billones alcanzando un total de $5,2 billones. ¿Cuáles fueron los principales
factores expansivos? En primer lugar, fue el pago de los intereses de la deuda
remunerada del BCRA que sumó $3,386 billones. En segundo lugar, fueron
principalmente las distintas intervenciones del BCRA tanto en el mercado
cambiario como de bonos, que se canalizan bajo el concepto “Otros” y que
totalizaron $1,648 billones. Luego muy cerca se destacan las compras netas de
divisas al sector privado que implicaron una emisión de $1,479 billones.
Esta expansión está fundamentalmente explicada por los
programas Dólar Soja que en setiembre generaron una emisión de $1,135 billones
y otros $489.000 millones en diciembre. En cuarto lugar figuran los Pases con
$864.400 millones y luego los Adelantos Transitorios (ATN) al Tesoro por $620.000
millones. Estos casi $8 billones de emisión monetaria, obviamente, no fueron
dejados al libre albedrío por el BCRA. Todo lo contrario, a sabiendas de cómo
estaba retrocediendo la demanda de dinero y frente a la escalada inflacionaria,
optó, por todos los medios, por retirar el mayor exceso posibles sin dañar los
niveles de liquidez del sistema financiero. De esta manera, la gran aspiradora
del BCRA, las Letras de Liquidez (Leliq) fueron una vez más las protagonistas
de la saga monetaria al absorber más de $5,839 billones. Luego, en menor
medida, por un lado la cancelación de depósitos del Tesoro en el BCRA explica
la contracción de $374.000 millones y por otro lado, las ventas netas de
divisas al Tesoro dieron lugar a una absorción de $235.100 millones. Así el
BCRA logró que la base solo se expandiera en $1,55 billones a lo largo del
2022, solo un 31% más que el año anterior. La base total creció así un 42%,
frente a una inflación de casi el 100%.
Todas las canillas fueron expansivas el año pasado, la
compra neta de reservas, las intervenciones del BCRA, el sector público y el
pago de intereses. Al respecto vale recordar que la deuda remunerada del BCRA
ya supera los $10 billones. Un monto que a una tasa del 75% anual (hoy vigente)
implica una emisión, solo para afrontar los intereses, de más de $7 billones,
lo que retroalimenta la deuda y por ende la cuenta de intereses. Las
estimaciones privadas dan cuenta que el BCRA emitirá, por lo menos, el
equivalente a una base monetaria y otro tanto según el porcentaje de rollover
que consiga el Tesoro en sus vencimientos deuda en pesos. Frente a estos
números es difícil pensar que la inflación baje significativamente y las
presiones cambiarias cedan en forma notoria. Vale señalar que las estimaciones
privadas contemplan que, en un año electoral, el Gobierno lleva a cabo una
serie de ajuste en materia fiscal. El resto son solo buenas intenciones y un
cúmulo de deseos oficiales.
Fuente: ámbito
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