- 27 de enero de 2019

Tras perder su custodia, reunió 8 mil dólares, secuestró a su bebé y viajó por todo el mundo para evitar que el FBI pudiera localizarla
Como si se tratara de una película de ficción, Dorothy Lee
Barnett, de Carolina del Sur, secuestró a su propia hija, modificó sus
identidades y cambió con frecuencia su residencia para que no pudiera ser
rastreada por el FBI.
Lo hizo en 1994, después de atravesar una ardua batalla por
la custodia legal de la pequeña con su ex exposo Harris Todd. Entonces, Savannah
solo tenía once meses.
En una de sus visitas de fin de semana, Lee Barnett reunió 8
mil dólares en efectivo y tomó un vuelo junto a su bebé falsificando sus
pasaportes y sus partidas de nacimiento.
Para evitar que el FBI pudiera localizarla, modificó su
identidad, y se convirtió en Alexandra Maria Canton. En esta nueva vida, su
bebé, Savannah, pasó a llamarse Samantha.
Constantemente cambiaron su lugar de residencia. Vivieron en
países europeos como Alemania o Francia, pero también en algunas regiones más
remotas como Botswana, Sudáfrica o Malasia.
En 2007, 13 años después de su partida, decidió establecer
su hogar en Australia, en Sunshine Coast. Allí vivió junto a su nuevo esposo,
un geólogo llamado Juan Geldenhuys, hasta que la policía logró localizarla, en
2013.
Lee Barnett había conocido a su marido durante su estancia
en áfrica. Geldenhuys falleció solo una semana antes de que las autoridades
encontraran a la madre fugitiva.
Tras ser extraditada a Estados Unidos, Barnett tuvo que
enfrentar un proceso penal. Se le acusó de secuestro parental y de
falsificación de documentos ante las autoridades.
Durante el juicio, la procesada se declaró culpable y aceptó
los hechos que se le imputaban. La pena máxima era de 23 años. Finalmente fue
sentenciada a no menos de dos años de cárcel y dos años de libertad
condicional.
En la actualidad, ya cumplió su condena, y aunque su mayor
deseo es regresar a Australia para estar junto a su hija, el viaje se le ha resistido
por los rechazos del Gobierno de Australia a su solicitud de visa.
"No soy una amenaza para nadie. Con suerte el gobierno
australiano se dará cuenta y cuando presente mi próxima solicitud de visa, se
aprobará" dijo Barnett al diario australiano Courier Mail.
El departamento considera que supone un riesgo para la
comunidad, un hecho que desmiente su hija Samantha, quien solo conoció a su
madre como Alex. Según relató la joven, está deseando reunirse de nuevo con
ella, y que pueda dejar Carolina del Sur para mudarse definitivamente a la
Costa del Sol.
"Quiero poder estar allí para Samantha y conocer a su
fabuloso futuro marido, y estar junto a todos mis amigos" explicó Lee
Barnett.
COMENTARIOS
No han dejado comentarios
Escriba su comentario