- 19 de enero de 2024

El Ejecutivo aceptó modificaciones clave que reclamaban los bloques opositores “dialoguistas”: jubilaciones, retenciones, reforma electoral y privatizaciones.
Seguirán las negociaciones, quedan puntos pendientes, pero
el oficialismo busca un dictamen de acuerdo.
El Gobierno cedió: aceptó hacerle a la Ley ómnibus buena
parte de las modificaciones que venían reclamado los bloques de la oposición
dialoguista -a los que necesita para aprobar cualquier proyecto-, y sobre todo
cedió en la idea de sesionar este fin de semana sin ningún acuerdo. Aunque las
negociaciones siguen, y aún restan puntos por cerrar, el oficialismo y las
bancadas opositoras buscarían acordar un dictamen de consenso y sesionar la
semana que viene.
Aunque ya sin reunión del plenario de comisiones que viene
debatiendo el megapaquete de reformas desde la semana pasada, fue igualmente
otro día cargado en el Congreso. Este jueves a media tarde, el ministro del
Interior, Guillermo Francos, y el asesor presidencial, Santiago Caputo,
llegaron a Diputados con la respuesta del Ejecutivo a los planteos que la
oposición había realizado 48 horas antes.
El despacho del presidente de la Cámara Baja, Martín Menem,
volvió a ser, como lo es desde el lunes, el escenario de negociaciones
intensas. Allí, los funcionarios recibieron, por separado, y sucesivamente, a
los jefes de los bloques dialoguistas, es decir, aquellos que hace tiempo
prometieron colaborar, pero no dar un cheque en blanco ni aprobar cualquier
proyecto: el PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal.
El primer encuentro fue con el jefe de la bancada PRO,
Cristian Ritondo -que ya había tenido la noche anterior una reunión reservada
con Francos- y María Eugenia Vidal, que había sido designada por los miembros
de la bancada como la articuladora de los planteos de los distintos sectores
internos.
“Fue una reunión muy buena. Todavía hay puntos que tenemos
que seguir discutiendo, pero la idea es avanzar juntos en la redacción del
dictamen final para que se trate en comisiones y luego pasar al recinto”,
trasmitieron formalmente desde el PRO, donde ya daban por hecho que no habría
-como venía insistiendo buena parte de La Libertad Avanza, el sector más duro
del Gobierno y el propio Menem- ni un dictamen esta semana ni una sesión el
sábado ni el domingo.
“A ver, es un avance notable. Van a bajar la delegación de
facultades, la suspensión de la movilidad jubilatoria, las retenciones, el
grueso de la reforma política. Habrá que seguir discutiendo Cultura, Ambiente,
Educación, puede ser, algunos otros temas puntuales, pero es un gran avance,
sobre todo por la señal de querer acordar”, indicaba otro diputado del PRO, que
estimaba, como se le había propuesto al Ejecutivo, que las comisiones
discutirían un dictamen el próximo martes y la sesión podría ser el jueves,
luego del paro de la CGT.
Tras el encuentro con los referentes de la bancada amarilla,
llegó el turno del grupo de bloques que tienen una mayor distancia con el
oficialismo que la que tiene el PRO en general, y que en las últimas horas
venía trabajando, como plan de contingencia en un dictamen propio en caso de
que el Ejecutivo finalmente decidiera no aceptar ninguna modificación.
Estos bloques son la UCR (que conduce el cordobés Rodrigo De
Loredo), HCF (que comanda Miguel Pichetto, incluye a la Coalición Cívica, a
figuras como Emilio Monzó, Nicolás Massot y el PJ disidente de Florencio
Randazzo) e Innovación Federal (9 diputados que responden a gobernadores de
fuerzas provinciales).
Como puntos clave, todas las bancadas, incluida el PRO,
rechazaban, suspender la fórmula de movilidad jubilatoria y habilitar los
aumentos por decreto, si no se establece como cláusula un mínimo de aumento por
inflación. Advertían también que no acompañarían la amplia suba de retenciones
que planteaba el texto oficial, ni el artículo que permitiría una privatización
generalizada de empresas públicas, ni la reforma electoral.
Según informó el jefe radical, De Loredo, a la salida del
encuentro con los funcionarios libertarios -que no llegaron con un texto
cerrado sino con un cuadro general de las modificaciones que aceptarían- el
Gobierno se habría comprometido a que la actualización de las jubilaciones sea
mensual y atada a la inflación, o a eliminar directamente el artículo y
mantener la fórmula actual, aunque no se conversó cómo compensaría el gasto
para cumplir con la meta de reducción de déficit.
Respecto a las retenciones, el Ejecutivo aceptaría -según
les indicaron a los diputados opositores- no tocar las que afectan a las
economías regionales.
El grueso del capítulo electoral queda afuera -lo que
refiere a la modificación de la forma de elección legislativa y la composición
de la Cámara Baja-, pero no había todavía acuerdo aún sobre qué hacer con las
PASO, que el proyecto original proponía eliminar.
Sobre el artículo que habilita a avanzar en la privatización
de 41 empresas estatales, el Gobierno accedería a dejar afuera a YPF, pero no,
por ejemplo, al Banco Nación, como también reclamaban buena parte de los
bloques opositores. Por otra parte, incluiría fijar el control parlamentario
para las empresas que finalmente el Ejecutivo decidiera privatizar.
El mega DNU de Javier Milei, cuya ratificación estaba
agregada en uno de los últimos de los más de 650 artículos del megaproyecto de
Ley ómnibus, finalmente quedaría borrado, para ser tratado eventualmente en la
Bicameral de Trámite Legislativo, que hasta ahora el oficialismo decidió no
conformar.
Las conversaciones entre los funcionarios y los jefes
parlamentarios comenzaron a ser discutidas dentro de cada uno de los bloques
esta misma noche de jueves. Las negociaciones continuarán el fin de semana, y
el oficialismo buscaría desde los primeros días de la próxima semana un
dictamen de consenso con los cuatro bloques opositores “dialoguistas”.
Fuente: TN
COMENTARIOS
No han dejado comentarios
Escriba su comentario