- 20 de agosto de 2021

Productores y artesanos protagonizaron un encuentro organizado por la Secretaría de Pueblos Indígenas a fin de fortalecer la ancestral práctica del trueque.
Las comunidades aborígenes de Jujuy cuentan con un espacio
virtual donde constantemente intercambian sus productos y saberes mediante la
Feria y Trueque Virtual Manos Indígenas; recientemente productores/as y
artesanos/as protagonizaron un encuentro presencial organizado por la
Secretaría de Pueblos Indígenas con el fin de fortalecer la ancestral práctica
del trueque de comunidades.
Alfarería del Pueblo Quechua, tejidos en lana de llama del
Pueblo Atacama, artesanía textil del Pueblo Chicha, bordados de los Pueblos
Omaguaca y Kolla, y artesanías en madera, cestería y atrapasueños del Pueblo
Guaraní; fueron los saberes materializados en creaciones que estuvieron
presentes en la Feria y Trueque Manos Indígenas junto a productos de la
agricultura comunitaria y familiar como la quinoa de la Comunidad Aborigen
Liviara, el cayote de la Comunidad Aborigen Tiraxi, y maíz, habas y papas de la
Comunidad Aborigen Villa El Perchel de Huacalera.
El lugar del encuentro presencial fue la oficina de la
Secretaría de Pueblos Indígenas en calle Rep. de Líbano 327 del barrio Gorriti
de la Capital. Allí, productores, productoras, artesanos y artesanas se
encuentran periódicamente para concretar el trueque de los productos y
creaciones disponibles en el catálogo de la Feria y Trueque Virtual Manos
Indígenas al que se accede mediante el número de WhatsApp 3884563613.
En la ocasión, se realizó una ceremonia de corpachada para
agradecer a la Pachamama y la banda de música de la Policía de la Provincia
«Tacita de Plata» acompañó la jornada con un repertorio que recorrió
musicalmente el territorio jujeño.
Doña Cristina ábalos de la Comunidad Aborigen Coranzulí del
Departamento Susques, cría sus llamas y con la lana realiza ponchos, guantes,
medias, gorros y variada artesanía en tejidos. En la feria, logró trocar sus
creaciones por maíz de Huacalera, y cerámica de Casira. Además llevó para
intercambiar koa (o k’oba) y sobre la importancia de ese yuyito para chayar y
corpachar en este mes expresó: «todos/as acostumbramos en el mes de agosto a
corpachar la tierra, como la tradición que nos han dejado nuestros abuelos;
esas son las creencias: el que tiene fe chaya, como modo de agradecer a la
tierra a la Pachamama por tanto que nos da, como bien dice el refrán la tierra
nos cría y la tierra nos come, por eso hay que agradecerle una vez al año, hay
que corpacharle».
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