Una mujer de 48 años fue asesinada en Zaragoza, España, apuñalada. El crimen se está investigando como un caso de violencia machista ya que todo apunta a que la asesinó el hombre con el que mantenía una “relación extramatrimonial”. Y este sospechoso es un condenado por otro resonante femicidio, hace 15 años, cuando mató a su pareja de 11 disparos. La nueva víctima es la abogada que lo defendió en ese juicio.

El cuerpo de Rebeca Santamalia Cáncer fue hallado alrededor de las 4 de la madrugada del jueves, con heridas de arma blanca. José Javier Salvador Calvo, de 49 años, se suicidó luego de cometer el crimen: se tiró por un viaducto. Pero, antes intentó escapar.

Calvo fue noticia el 22 de mayo de 2003 a los 38 años cuando mató a Patricia Maurel, que era candidata del PP a la alcaldía de La Puebla de Híjar, con "una ráfaga de disparos", como publicaron los medios entonces. El motivo que él mismo confesó en los tribunales de Terual: celos. La llevó a un descampado en su furgoneta -trabajaba de albañil-, le pidió que bajara y le disparó 9 veces con una carabina calibre 22, su escopeta de caza.

Tras apretar el gatillo, abandonó el cuerpo en el campo. Manejó los 180 kilómetros que separan su pueblo de Teruel capital. La madre de la víctima lo había denunciado esa misma noche por amenazar de muerte a su hija. El asesino terminó confesando el crimen a su hermana, se entregó y fue condenado a 18 años de cárcel. Estaba en libertad condicional desde 2017 y su abogada en el juicio, informa el diario español La Vanguardia, había sido Santamalia Cáncer.

En este segundo femicidio, el marido de la abogada llamó a la Policía de Zaragoza para denunciar que su mujer. La Policía habló con su entorno y un dato que dio la hermana de Rebeca, con quien compartía el estudio de abogados, los llevó hasta un domicilio a nombre del supuesto autor del crimen. Allí encontraron a la mujer “con evidentes signos de arma blanca”.

Antes de la medianoche, un patrullero había visto caminar por el viaducto nuevo de Teruel a un hombre que corrió cuando los vio. Luego, se tiró al vacío. El hombre, que llevaba una gran cantidad de dinero encima, no tenía documentos, pero fue identificado por las huellas como José Javier Salvador Cano, propietario del departamento de Zaragoza en el que se encontró a Rebeca Santamalia. La mujer era madre de un chico de 14 años y tenía una relación con Calvo, según contó a la Policía su hermana.

En la sentencia por el crimen de su esposa, la Audiencia de Teruel le impuso a Calvo una indemnización por 120.000 euros a cada uno de sus tres hijos, entonces menores de edad, aunque reconoció como atenuante su confesión ante la Policía. Un jurado popular, de manera unánime, consideró que el condenado actuó sin que su mujer pudiera defenderse.

Con este nuevo crimen, ya son tres las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año en España. En el mismo período, en Argentina fueron asesinadas 9 mujeres.