La mayoría de los referentes de las finanzas internacionales esperan que este año la FED baje las tasa de interés, debido a la menor inflación norteamericana. Eso impulsaría los precios de los commodities.

Luego de que la corriente de fondos hacia los mercados emergentes arrastrara a los bonos argentinos, reduciendo el riesgo país, los mercados anticipan que en 2023 podría haber algo de “brisa de cola” para Sergio Massa en el contexto global, justo en un año en el que van a faltar dólares.

Los analistas empiezan a descontar que lo peor de la inflación en los Estados Unidos ya habría pasado y que el riesgo de un desplome de la principal economía del mundo se aleja. De allí que se espera que la Reserva Federal empiece a revertir el proceso de suba de tasas de interés.

De ser así, los fondos hacia los emergentes seguirán fluyendo con más fuerza de lo que viene pasando hasta ahora, y el precio de los commodities (que constituyen la principal oferta exportable de Argentina) puede subir en un entorno en el que el costo del dinero sería más barato

La administradora de fondos Balanz plantea en su último informe que “la marcada desaceleración en la inflación desde octubre en Estados Unidos, junto con indicadores parciales de actividad que parecen ir reflejando el impacto de la política de ajuste de la Reserva Federal, generaron un potente aliciente para una caída en las tasas de interés y una mejora en los precios de los activos desde fines de octubre”.

Algunos relevamientos entre los principales referentes indican que muchos suponen que la entidad que maneja Jerome Powell podría empezar a ser más flexible a pesar de que hace poco, el 14 de diciembre, la FED señaló que todavía es prematuro entusiasmarse con los buenos resultados en los precios. Hace poco la agencia Bloomberg difundió una encuesta en la que el mercado prevé que de los 250 puntos básicos actuales habría una reducción a 120 a fines de 2023 y a 47 a fines de 2024.

“Desde esta perspectiva, cabe hacerse la pregunta de si el mercado no está yendo por delante de la Fed”, se pregunta Balanz. La administradora señala que todavía parecería un poco temprano para cantar victoria definitiva sobre la inflación, particularmente debido a que la reapertura de la economía en China podría impulsar a los precios de las materias primas y con eso avivar la llama de la inflación.

“Una descomposición del índice de precios al consumidor de Estados Unidos muestra que buena parte de la reciente reducción en la inflación fue producto de la marcada caída en los precios flexibles (aquellos precios que ajustan con facilidad), ya que los precios que muestran mayor rigidez en sus movimientos todavía exhiben una dinámica interanual creciente”, advierte la consultora.

Por su lado, un reporte de la consultora Quantum Finanzas, que dirige el economista Daniel Marx, quien actualmente asesora al ministro de Economía, Sergio Massa, en el manejo de la deuda sostiene que la depreciación del dólar a nivel global asociada a la baja de tasas de interés, representaría “un cierto alivio, aunque marginal, a las restricciones con las que funciona la economía” argentina.

El informe dice que los “períodos de depreciación del dólar se asocian a precios internacionales de commodities más altos, algo que a Argentina le vendría bien en un año en que el volumen de exportaciones agrícolas se verá muy afectado por la sequía y por otros factores que inciden sobre oferta y demanda”.

El informe indica que “se espera que en 2023 el volumen de importaciones de energía sea menor que en 2022 (por entrada en operación parcial del gasoducto Néstor Kirchner y menor nivel de actividad), siendo independiente de los efectos que podría tener la depreciación del dólar y la situación de demanda global sobre el precio de la energía”.

Quantum considera que “podría profundizarse el mayor apetito por activos en mercados emergentes que se observa desde la segunda mitad del año pasado”.

“De sostenerse, ese mayor flujo de capitales hacia emergentes podría llegar también a Argentina, especialmente si se dan los cambios que se anticipan en las políticas, con un sesgo más proinversión, y se mantiene localmente una política monetaria restrictiva”, señala el informe.

Fuente: ámbito

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