- 28 de abril de 2022
Un informe oficial de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia concluyó que ejercen un "poder de mercado localizado" y aplican discriminación de precios. En 2005 tuvieron una millonaria multa por cartelización.
La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC)
publicó una investigación del mercado del cemento portland, insumo clave para
la economía por su uso en la industria de la construcción y en la obra pública.
El organismo, que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo, concluyó que
las únicas cuatro empresas cementeras que hay en el país “ejercen un poder de
mercado” que generó sobrecostos para el sector público y privado por casi
u$s180 millones en un año. Las firmas ya recibieron una multa millonaria en
2005 por cartelización.
Esta semana la Comisión Nacional de Defensa de la
Competencia publicó una investigación de mercado sobre la industria del cemento
portland. Si bien se da a conocer en un contexto de aceleración inflacionaria,
donde una parte del Gobierno apunta a la concentración en algunos mercados como
una de las causas, lo cierto es que la investigación comenzó en 2016, con la
gestión de Cambiemos.
El trabajo concluye que se trata de una industria con
“elevado grado de concentración, altas barreras a la entrada y una reducida
dinámica competitiva”. Además, considera que las empresas cementeras “ejercen
un poder de mercado localizado”, que mediante la discriminación de precios,
esto es, vender el mismo bien con precios diferenciados, generan un sobrecosto
para la industria de la construcción. Este año, el Gobierno planea desembolsar
2,4 puntos del PBI en obra pública, dato récord de los últimos cinco años, y el
cemento representa el 11% en la estructura de costos de los insumos de la construcción,
según el trabajo.
El informe oficial comienza con una descripción de la
industria del cemento: está compuesta por cuatro empresas, integradas en todo
el proceso productivo, desde la explotación primaria de minas y canteras, hasta
el procesamiento industrial y su comercialización mayorista y minorista. Se
trata de Loma Negra, Holcim, PCR y Cementos Avellaneda, con 17 plantas y 7000
empleos en todo el país. Describe que el mercado tiene “reducida dinámica
competitiva” y añade la preocupación por el “intercambio de información” que
existe entre las cuatro empresas, nucleadas bajo la Asociación de Fabricantes
de Cemento Portland (AFCP).
La investigación
La práctica competitiva concreta que investigó la CNDF es la
“discriminación de precios”. Observa que los precios difieren entre 15 y 44% a
lo largo del país. Concluyeron que la formación del precio que cobran las
cementeras a sus clientes surge en función de la distancia del cliente a la
planta competidora más cercana. “El precio abonado por cada cliente dependió en
gran medida de la presencia de una planta competidora cercana”, dice.
Así, entre 2013 y 2018, las empresas ejercieron un poder de
mercado “localizado geográficamente”. A modo de ejemplo, para que una cementera
de Santa Cruz pudiera cobrar 65% más del promedio a un cliente de la misma
provincia, debido a que es la única planta en la zona, la CNDC tiene la
hipótesis de que cuentan con información de sus competidores, mientras que al
mismo tiempo existe en el país un elevado costo de transporte que permite que
esto ocurra.
En la práctica, la consecuencia de esta política de precios
implica un “sobrecosto” para la industria de la construcción. Este sobrecosto
ascendió a una cifra cercana a los u$s178 millones en todo el país, el 14%
total de la facturación, solo durante un año (julio de 2017 y junio de 2018).
Consecuencias de la investigación
La CNDC se limitó a publicar la investigación en el sitio
web, pero no puede avanzar con ninguna medida, debido a que no puede ser “juez
y fiscal” al mismo tiempo. Para que se avance en multas, debería existir una
denuncia formal de alguna empresa o realizarse un trabajo de oficio del titular
de la Secretaría de Comercio Interior, hoy a cargo de Roberto Feletti.
La medida concreta con la que avanzó Defensa de la
competencia fue realizarle una “recomendación” a la Asociación de Fabricantes
de Cemento (AFCP) para que “cesen de la solicitud, recepción y distribución de
información sobre producción y despacho de cemento desagregada por provincia y
con una antigüedad menor a 12 meses”, para que no puedan “coordinar su
comportamiento”. La hipótesis es que, con información comercialmente sensible,
surge la posibilidad de que las decisiones no sean tomadas en forma individual,
lo que sería un perjuicio “para la competencia y el normal funcionamiento del
mercado”.
Las cementeras cuentan con un mal antecedente: en 2005 fueron
sancionadas por haber realizado cartelización durante casi 20 años, en una
investigación que comenzó en 1999. Descubrieron que concertaban cuotas del
mercado a nivel nacional y realizaban acuerdos de precios.
Fuente: ámbito
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