Serían en pesos de hoy unos $11,4 billones. Habría que eliminar transferencias a provincias y la inversión real directa, entre otros. El mercado cree que, si se logra el equilibrio fiscal, se podría resolver el problema de las Leliq.

Los operadores financieros están prácticamente convencidos que el ajuste fiscal de proporciones épicas es el único instrumento a mano que tiene el presidente electo, Javier Milei, para evitar una espiralización de la inflación. Creen más que nada que será la estrategia para ir desarmando el stock de Leliq que acumula el Banco Central. Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) le pone números al recorte del gasto primario que tendrá que aplicar el próximo gobierno para alcanzar el superávit. El dinero de hoy serían $11,75 billones que representan en términos reales una baja del 25% respecto de este año.

El reporte del IARAF toma en cuenta proyecciones de gastos de noviembre y diciembre de 2023 en base al resultado del Sector Público Nacional de octubre, y la merma de recursos que ocasionará la reducción de recursos del Impuesto a las Ganancias y la devolución del IVA para el 2024. Estima que el déficit primario cerrará este año en 2,8% del PBI y que el financiero en 4,9%.

De allí, se calcula la magnitud del achique para equilibrar el presupuesto. Por caso, detalla que las transferencias no automáticas totales a provincias, que estarían en la mira de Milei, suman $2,7 billones, lo que representa el 23% del ajuste necesario e implica una reducción del gasto real del 5,7%. Si se incorpora una eliminación de la inversión total directa, el ajuste estaría cubriendo un 48,3% y el gasto primario real tendría una reducción del 12%. Al incorporar una eliminación del gasto en subsidios energéticos, el ajuste estaría cubriendo un 82,5% de los recursos necesarios y el gasto primario real descendería un 20,5%.

A eso podría sumarse el déficit de las empresas públicas, una erogación que Milei también propone sacar. “La eliminación de estos cuatro gastos no alcanza para completar la baja necesaria para lograr el equilibrio fiscal”, advierte. El restante 17,5% debería salir de otros gastos (que incluye las transferencias a empresas públicas). En términos de PBI, la eliminación de esos cuatro rubros, señala el IARAF, equivale a 15,9%. Los intereses representan 0,9% del PBI. A eso, advierte que hay que sumar la deuda flotante de 2023, que debería quedar saldada, mientras que en 2024 tendría que reducirse a la mínima expresión.

Los operadores de los mercados están observando muy detalladamente este aspecto del próximo gobierno. Consideran que será muy difícil llevar a cabo ese ajuste. Esteban Domecq, director de la consultora Invecq, señaló en una charla organizada por la sociedad de bolsa GMA Capital. “Hay una decisión de cerrar el déficit en el año uno, más allá de lo que prevé el acuerdo con el FMI, que prevé 0,9%. La magnitud con intereses es de 5 a 6 puntos del PBI, Un punto lo puede aportar la recuperación de retenciones”, explicó. El consultor indicó que “desde el Excel es fácil hacerlo, desde la calle es muy difícil”. En ese sentido, vinculó el recorte fiscal con la posibilidad de cerrar el frente monetario, más que nada, de resolver el equivalente a u$s23.000 millones en Leliq. Domecq señaló que una “solución virtuosa” para las deudas el BCRA es “tener superávit fiscal e ir cancelando los pasivos monetarios”. El economista señaló que, “si logran hacer el ajuste, tienen la posibilidad de cancelar los pasivos monetizando la economía”.

Por su lado, el economista argentino del fondo TWC de Nueva York, Mauro Roca, sostuvo que “las Leliq no son un problema con un esquema monetario-cambiario apropiado”.

Fuente: ámbito

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