Además, el máximo tribunal exhortó al Congreso de la Nación a dictar una nueva ley dentro de un plazo razonable. Mientras tanto, dispuso que se vuelva a un Consejo de 20 miembros, encabezado por el presidente de la Corte, Horacio Rosatti.

“Demoró, pero la Justicia llegó”, enfatizó Pizarro.

Tras indicar que “la actual composición del Consejo de la Magistratura de 13 miembros hace caso omiso al necesario equilibrio entre los estamentos que exige la Constitución Nacional”, puntualizó que “con la reforma se lesionó la representación de jueces, abogados y la academia, al tiempo que se privó de un espacio indispensable a las fuerzas políticas minoritarias”.

Continuó señalando, que “la reforma siempre tuvo un tufillo oportunista”, por cuanto “dotaba al oficialismo de turno del poder de veto, ergo ningún juez puede ser removido ni elegido sin el voto de al menos un oficialista”, argumentó y subrayó que “por esta vía el kirchnerismo impuso jueces y funcionarios militantes a gusto y necesidad”.

Por otra parte, Pizarro afirmó que “el fenómeno inconstitucional motorizado por Cristina Fernández de Kirchner tuvo como fin único amoldar a su conveniencia el Consejo de la Magistratura” y recordó que “ello fue advertido en 2006 y ahora la Suprema Corte nos dio la razón, suprimiendo las distorsión que esa reforma causó en el equilibrio que propicia la Constitución”.

Recalcó que la decisión de la Suprema Corte representa un “saludable progreso para la República y la democracia” y destacó finalmente el fallo referido “puso límite a uno de los tantos atropellos del kirchnerismo en detrimento de la Justicia”.