- 24 de enero de 2022
Mario Pizarro, presidente de la Convención Provincial de la UCR, advirtió “mediocridad”, “violencia” e “impotencia” en los “infundados” cuestionamientos que Eugenio Zaffaroni pronunció en “términos insultantes e inadmisibles”.
Estos fueron contra la figura del gobernador Gerardo Morales
y de la institucionalidad de Jujuy en su afán de motorizar la intervención al
Poder Judicial de la provincia al sólo efecto de beneficiar Milagro Sala,
multiprocesada y condenada por robar a los pobres.
“Descalificaciones de ese tipo no sólo resultan inaceptables
en una sociedad democrática, sino que también ponen en evidencia la mediocridad
e impotencia de quien las expresa”, sostuvo Pizarro.
Enfatizó que Morales “fue elegido por la voluntad popular de
los jujeños” y puntualizó que este hecho “no puede ser desconocido, caso
contrario también se estarían desconociendo la institucionalidad y la forma de
gobierno republicana y federal, que son las bases del ordenamiento jurídico en
el país”.
“Las opiniones personales, violentas e infundadas del ex
juez de la Corte no están por encima de nuestra democracia”, aseveró.
Resaltó que Zaffaroni “insiste en un relato que se agotó por
completo” y puntualizó que las causas en contra de Milagro Sala “no son una
mera hipótesis o conjetura”. “Son procesos -prosiguió- en los que se probó
delitos gravísimos y en los que se respetó en todo momento el derecho de
defensa de la acusada”.
Amplió sus apreciaciones, indicando que “el debido proceso
se observó en todos los casos y, en algunos de ellos, ya hay pronunciamientos
de la propia Corte Suprema de la Nación”.
En ese marco, destacó que “la obsesión de Zaffaroni con la
intervención del Poder Judicial de Jujuy sólo puede entenderse como un ejemplo
de golpismo faccioso” y añadió que “no hay otra forma de concebir esta urgencia
por transgredir el federalismo y violentar las instituciones”.
“No hay ningún argumento que justifique esa posición. Sólo
el desprecio hacia las instituciones y el oportunismo político”, recalcó.
Para Pizarro, Zaffaroni “ya demostró ese oportunismo en el
pasado” y consideró oportuno tener en cuenta que “es un juez originalmente
designado por la última dictadura militar, a la que fue funcional a través del
rechazo de recursos de hábeas corpus interpuestos a favor de detenidos
desaparecidos y mediante la formulación de doctrinas jurídicas espurias que
justificaban estas desapariciones, como lo señaló Roberto Gargarella en
numerosas oportunidades”.
“A pesar de ser miembro de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, Zaffaroni desconoce su propio rol e interviene en la política
nacional en los peores términos”, manifestó para luego afirmar enfáticamente
que “es un paladín del delito y la impunidad, quizá porque se siente
personalmente interpelado”.
“Sabemos que muchos de sus inmuebles se destinaron al
funcionamiento de prostíbulos. En síntesis, se trata de un personaje nefasto
que no puede justificar las atrocidades del pasado o las miserias del
presente”, completó Pizarro.
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