Mario Pizarro, presidente de la Convención Provincial de la UCR, advirtió “mediocridad”, “violencia” e “impotencia” en los “infundados” cuestionamientos que Eugenio Zaffaroni pronunció en “términos insultantes e inadmisibles”.

Estos fueron contra la figura del gobernador Gerardo Morales y de la institucionalidad de Jujuy en su afán de motorizar la intervención al Poder Judicial de la provincia al sólo efecto de beneficiar Milagro Sala, multiprocesada y condenada por robar a los pobres.

“Descalificaciones de ese tipo no sólo resultan inaceptables en una sociedad democrática, sino que también ponen en evidencia la mediocridad e impotencia de quien las expresa”, sostuvo Pizarro.

Enfatizó que Morales “fue elegido por la voluntad popular de los jujeños” y puntualizó que este hecho “no puede ser desconocido, caso contrario también se estarían desconociendo la institucionalidad y la forma de gobierno republicana y federal, que son las bases del ordenamiento jurídico en el país”.

“Las opiniones personales, violentas e infundadas del ex juez de la Corte no están por encima de nuestra democracia”, aseveró.

Resaltó que Zaffaroni “insiste en un relato que se agotó por completo” y puntualizó que las causas en contra de Milagro Sala “no son una mera hipótesis o conjetura”. “Son procesos -prosiguió- en los que se probó delitos gravísimos y en los que se respetó en todo momento el derecho de defensa de la acusada”.

Amplió sus apreciaciones, indicando que “el debido proceso se observó en todos los casos y, en algunos de ellos, ya hay pronunciamientos de la propia Corte Suprema de la Nación”.

En ese marco, destacó que “la obsesión de Zaffaroni con la intervención del Poder Judicial de Jujuy sólo puede entenderse como un ejemplo de golpismo faccioso” y añadió que “no hay otra forma de concebir esta urgencia por transgredir el federalismo y violentar las instituciones”.

“No hay ningún argumento que justifique esa posición. Sólo el desprecio hacia las instituciones y el oportunismo político”, recalcó.

Para Pizarro, Zaffaroni “ya demostró ese oportunismo en el pasado” y consideró oportuno tener en cuenta que “es un juez originalmente designado por la última dictadura militar, a la que fue funcional a través del rechazo de recursos de hábeas corpus interpuestos a favor de detenidos desaparecidos y mediante la formulación de doctrinas jurídicas espurias que justificaban estas desapariciones, como lo señaló Roberto Gargarella en numerosas oportunidades”.

“A pesar de ser miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Zaffaroni desconoce su propio rol e interviene en la política nacional en los peores términos”, manifestó para luego afirmar enfáticamente que “es un paladín del delito y la impunidad, quizá porque se siente personalmente interpelado”.

“Sabemos que muchos de sus inmuebles se destinaron al funcionamiento de prostíbulos. En síntesis, se trata de un personaje nefasto que no puede justificar las atrocidades del pasado o las miserias del presente”, completó Pizarro.

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