- 15 de septiembre de 2023

Los datos surgen de las estimaciones del documento que Economía enviará al Congreso. Además, se revisaron los cálculos para 2023, que estipulan que el IPC cerrará el año en 135% y el tipo de cambio oficial pasaría a $367 en diciembre.
El debate por el Presupuesto previsto para 2024 ya tomó
temperatura antes de empezar. El martes pasado, el candidato presidencial de La
Libertad Avanza, Javier Milei, pidió a Sergio Massa “dispensar
transitoriamente” la presentación del proyecto y si bien en el Ejecutivo
habrían decidido patear la discusión hasta que se conozca el resultado de las
elecciones, sí decidieron cumplir con los plazos estipulados legalmente y
llevar sus proyecciones de gastos e ingresos al Congreso.
De acuerdo a las estimaciones oficiales, la inflación
prevista por el Palacio de Hacienda para el 2024 sería de 70% en la medición
punta a punta. Además, también se revisaron los cálculos para el cierre de este
año, ya que se espera que el nivel de precios cierre en 135%, más del doble del
60% establecido originalmente.
La explicación del Gobierno para alcanzar esa pauta tiene
que ver con que, de acuerdo a la perspectiva oficial, si el Congreso aprobara
el Presupuesto y se cumplieran las metas de equilibrio fiscal, “desaparecería
la necesidad de emitir dinero para financiar al Tesoro”. Además, ya sin el
impacto de la sequía, mejoraría el ingreso de divisas para las reservas
producto de una suba en las exportaciones y sumaría mayor estabilidad al
mercado cambiario.
Por otra parte, en Economía también consideraron en el dólar
oficial, que parte de una base de $350 hasta el 15 de noviembre, pasaría a $367
en diciembre de este año y llegaría a $600 para fines de 2024.
Pero incluso las cifras que se plasmaron en la hoja de
gastos e ingresos se alejan de las previsiones privadas. A modo de ejemplo, en
el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que publica el Banco
Central (BCRA), los analistas estimaron una inflación anual de 169,3% para 2023
y anticiparon que los precios avanzarán 124,7% en 2024. En tanto, en lo que
respecta al dólar, en el REM se estimó que para fin de este año rondará los
$510,01.
En tanto, en las proyecciones presupuestarias también se espera
que este año finalice con una caída del 2,5% del PIB este año y que se registre
una recuperación que se traduzca en una suba del 2,7% del producto en 2024.
Uno de los puntos claves en la discusión de este año tiene
que ver con las metas fiscales, especialmente por las inquietudes en relación
con el costo sobre la recaudación que despertaron las últimas medidas
implementadas por Sergio Massa para contener el impacto de la inflación
producto de la devaluación implementada por el propio Gobierno después de las
PASO.
En este sentido, el objetivo fiscal de este año y el que
sigue se mantiene en línea con lo acordado con el Fondo Monetario Internacional
(FMI), es decir, de una reducción del 1,9% para 2023 y una baja de 0,9% para
2024.
Paralelamente al proyecto presupuestario, el Gobierno
adjudicó una separata para tratar en el Congreso lo que denomina el impacto del
gasto tributario. Es decir, que quiere revisar una serie de rubros que cuentan
con beneficios impositivos, reducen la recaudación y que representan 4,7 puntos
del PIB y permitirían -siempre sobre cálculos oficiales- alcanzar un superávit
de un punto del producto.
Entre esos sectores se encontrarían Ganancias a los jueces,
deducciones de IVA sobre directores de compañías, Bienes Personales de muebles
rurales radicados en el país y en el exterior, y el régimen especial sobre
Tierra del Fuego.
Además, en relación con los subsidios a la energía, se prevé
continuar con la política de aumentar las tarifas, especialmente sobre aquellos
usuarios de mayores ingresos. Para el año que viene se espera que ingresen por
esta vía recursos equivalentes a un punto del PIB.
Por otro lado, no se prevé crear nuevos impuestos en el
Presupuesto de 2024 –más allá de la discusión de la separata-, así como también
se espera que a través del Impuesto PAíS (también agravado sobre las
importaciones de bienes y servicios) impulse ingresos por 0,4% del producto.
“Este año hubo que remarla muy desde abajo o nadar en dulce
de leche por la sequía, la caída en las exportaciones, las menores reservas en
el Banco Central, con todo lo que implica en la estabilidad del mercado
cambiario oficial y los paralelos. Luego también se sintió el impacto de la
sequía en los precios. Hubo componentes de costos que también impactaron fuerte
en la inflación y en el frente fiscal, que implicó en los primeros meses un
aumento del déficit en relación con lo que estamos esperando”, justificaron en
Economía.
Más allá de que el Gobierno envíe el Presupuesto al
Congreso, el tratamiento formal llevará mucho tiempo y está atravesado por la
campaña electoral. Tal como explicó TN, no darían los tiempos para debatirlo
antes de las próximas elecciones. Además, luego del pedido de Javier Milei, en
el massismo dejaron trascender que aceptarían postergar el debate y en Juntos
por el Cambio analizaron que se trataría de un acuerdo de campaña para dejar
afuera a la coalición opositora.
Sin embargo, esta discusión ya se traslada al ámbito
legislativo e involucra otras cuestiones políticas. Por el costado técnico, en
Economía definieron cumplir con la normativa, cerraron sobre el filo de la
fecha límite el proyecto presupuestario y dejaron el debate en las puertas de
la Cámara de Diputados. “Nosotros ya hicimos nuestro trabajo. Ahora que se
arreglen ellos”, se frotaban las manos en despachos oficiales.
Fuente: TN
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