- 24 de julio de 2019

El Ministerio de Desarrollo Humano compartió una serie de consejos prácticos sobre los cuidados que las personas deben tener en sus hogares para evitar las intoxicaciones por inhalación de monóxido de carbono.
La combustión de los equipos de calefacción genera monóxido
de carbono, que es una sustancia tóxica que ingresa al cuerpo por la
respiración y se concentra en los ambientes mal ventilados. Inhalar este veneno
puede llevar a la muerte, es altamente peligroso porque no se detecta a través
de los sentidos, no es irritante, no tiene olor, sabor, color y no produce
irritación de ojos y/o nariz.
Los accidentes por inhalación de monóxido de carbono pueden
ser evitados con simples medidas de prevención. Las personas deben tener
cuidados extremos con la manipulación de los aparatos de calefacción, ya que
los desperfectos, las desatenciones u otros motivos, pueden provocar serios
perjuicios para la salud.
Por esta razón, se recomienda evitar el uso de braseros a
leña o carbón, salamandras, estufas a querosén, hornos de cocina y otros
elementos de llama libre dentro de los hogares para calefaccionar los
ambientes. Si su uso es inevitable, como en el caso de braseros o salamandras
que no tienen salida al exterior, se tienen que encender fuera de la casa, al
entrarlos se debe dejar una ventana o puerta entreabierta, ventilar
frecuentemente la vivienda durante el día para renovar la oxigenación.
A los aparatos no hay que dejarlos desatendidos y hay que
sacarlos o apagarlos antes de ir a dormir; no encender grupos electrógenos en el interior de las
viviendas, evitando de esta manera las emanaciones, que causa asfixia hasta
llegar a la muerte. Usar las hornallas o el horno de las cocinas puede traer
consecuencias graves, ya que no están diseñados para calefaccionar.
Las estufas y aparatos eléctricos, se deben apagar de noche
y cuando no sean necesarios, como cuando salimos de la casa. Los calefones a
combustión no se tienen que instalar en baños, sólo instalar artefactos con
salida al exterior (tiro balanceado). Controlar que la llama en los artefactos
de gas sea de color azul, si es amarilla es signo de mala combustión, por lo
tanto llamar a un gasista matriculado que revise la instalación.
Las niñas y los niños son los más vulnerables a los efectos
del monóxido de carbono, por lo tanto, no deben quedarse solos encerrados en
los hogares, con braseros o calefacción encendidos.
Finalmente se aconseja también verificar que los conductos o
rejillas de ventilación no estén obstruidos. Un pequeño espacio por donde el
aire circule y se renueve es fundamental y puede salvar una vida.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes de intoxicación por inhalación
de monóxido de carbono son: dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos,
debilidad, cansancio y/o pérdida de conocimiento. En altas concentraciones
puede producir la muerte en minutos.
Ante los primeros síntomas, abrir puertas y ventanas,
mantener los ambientes bien ventilados y retirar a las personas que se
encuentren en el lugar contaminado. En todos los casos, concurrir al Centro de
Atención Primaria de Salud (CAPS –
Puesto de Salud), hospital más cercano o llamar al SAME 107 (número gratuito).
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