- 06 de enero de 2019

Especialistas brindaron detalles para prevenir el contacto con insectos. Los sí y los no de los productos que alejan a los bichos.
La llegada del verano trae dos preocupaciones para madres y
padres: por un lado, la exposición al sol; por el otro, la presencia de
mosquitos y sus consecuentes picaduras. ¿Cómo debemos actuar ante esto?, ¿qué
repelentes recomiendan los pediatras? Tenemos los tips de los expertos para
pasar una temporada en calma, en lo que a bichos respecta.
La doctora Alejandra Lafont, Jefa del Servicio de Pediatría
de la Fundación Hospitalaria, detalló que con el calor, “las picaduras más
frecuentes son las de los mosquitos y hormigas”. En ese sentido, destacó que
“lo ideal es prevenirlas, en los más pequeños, con la utilización de tul y, en
los mayores de seis meses, con la utilización de repelentes de acción
prolongada en crema”.
Respecto a los cuidados a tener en cuenta en la casa, la
médica aseguró que “es recomendable la utilización de alambre tejido en puertas
y ventanas”, al tiempo que aclaró que “se desaconseja el uso de espirales en el
interior, así como las tabletas eléctricas en caso de bebés menores de 3
meses”.
En el caso de las hormigas, la pediatra mencionó que se debe
prestar “especial atención” a este tipo de picaduras y aconsejó que, de estar
en el pasto, los chicos deben hacerlo con repelente y ropa liviana.
“Hay algunos niños que presentan reacciones de alergia ante
las picaduras, las más frecuentes se manifiestan por hinchazón y enrojecimiento
alrededor de la picadura que se acompaña de picazón. Esta reacción no es
peligrosa y se trata con antihistamínicos que deben ser indicados por un
pediatra. No se deben colocar juntos ni cremas en las mismas porque esto
aumenta el riesgo de infección local”, afirmó Lafont.
Por su parte, aclaró que existen casos de alergia grave
“conocidos como reacción anafiláctica, que son poco frecuentes pero requieren
atención urgente”. En ese sentido, destacó que “la causa más común es la
picadura múltiple de abeja y los síntomas iniciales son hinchazón de los
labios, párpados, tos o cualquier otro síntoma de dificultad para respirar, lo
cual requiere el traslado urgente al centro de atención más cercana”.
Recomendaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)
La Academia Americana de Pediatría recomienda que los
repelentes que se usan en niños no deben contener más de un 30% de DEET (N
N-diethyl-m- toluamida).
Revisar la etiqueta del producto para encontrar información
sobre cuánta cantidad de DEET contiene el repelente. Utilizar productos cuyas
concentraciones no superen el 30%.
Seguir siempre las instrucciones que están en la etiqueta
del producto.
Proteger la cuna o cochecito del bebé con redes protectoras
para mosquitos cuando permanezca en exteriores.
Cuando se usa repelente en un niño, el adulto debe aplicarlo
en sus propias manos y después extenderlo sobre la piel del niño. Evitar
aplicarlo en los ojos y boca del niño y usar cuidadosamente alrededor de sus
oídos.
Lo que no se debe hacer, según la SAP
No aplicar el repelente debajo de la ropa.
No rociar productos con DEET en áreas cerradas.
No aplicar el repelente en cortaduras, heridas o piel
irritada.
No se recomiendan los repelentes de insectos para los niños
menores de dos meses de edad.
No utilizar repelentes asociados a protectores solares en la
misma formulación.
No permitir que los niños pequeños se apliquen ellos mismos
el repelente.
No aplicar el repelente en las manos de los niños (los niños
podrían poner sus manos en sus bocas).
No utilizar brazaletes que contienen repelentes químicos.
No utilizar dispositivos ultrasónicos que emiten ondas
sonoras diseñados para alejar a los insectos.
No utilizar dispositivos ultrasónicos que emiten ondas
sonoras diseñados para alejar a los insectos.
Fuente Clarín
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