El panorama en las poblaciones cercanas al volcán Etna fue desolador. Casas destruidas, monumentos hechos pedazos, piedras por todos lados. Un terremoto de 4,8 grados en la escala de Richter causó graves daños edilicios y al menos 28 heridos en el sudeste de la isla italiana de Sicilia.

En plena madrugada, la isla comenzó a temblar, especialmente entre las localidades de Viagrande y Trecastagna, a unos 20 kilómetros de Catania, donde se registró el sismo. En esa zona, la localidad más golpeada fue Fleri, mientras que en Santa Venerina se lamentaron por la destrucción de parte de la iglesia principal.

Sin embargo, desde un primer momento las autoridades anunciaron que no hubo víctimas mortales. No obstante, el temblor dejó 28 heridos, de los cuales diez fueron atendidos en el lugar, mientras que los 18 restantes fueron trasladados a hospitales de la zona y aunque todos sufrieron lesiones leves, algunas personas tuvieron que ser atendidas tras sufrir ataques de pánico.

Cuando la tierra comenzó a temblar, muchos habitantes de esta zona del sur de Italia decidieron abandonar sus viviendas por miedo a los derrumbes y pasaron la noche a la intemperie e, incluso, refugiados en sus vehículos, hasta que pudieron ser asistidos.

En medio del desastre, decenas de viviendas quedaron con riesgo de derrumbe, por lo que sus habitantes ya no pudieron volver a ellas. Por eso, las autoridades debieron organizar un operativo para resguardar a las centenares de personas que ya no tienen dónde dormir.

Otro peligro

Mientras la actividad del Etna disminuyó, el volcán de la isla de Stromboli, que estaría conectado con el Etna, registró algunas explosiones, aunque no hubo salida de lava.

Fuente Crónica