- 21 de diciembre de 2018

Un trabajador de la municipalidad resultó con graves heridas luego de un “operativo” policial en la plaza del pueblo.
“Ese día terminé de laburar a las tres de la mañana de la
carpintería. Salgo y me encuentro con un par de amigos en la plaza y ahí estuve
hasta las cinco y media, seis”.
Mientras Ramón, el trabajador atacado, compartía con unos
amigos en la plaza dentro de su vehículo personal, fue abordado por un policía
que le ordenó que se retirara.
“En ningún momento me habló bien, me gritó que ya me vaya de
ahí, yo le dije que ponía en marcha la camioneta y me marchaba, él me gritaba”
relató.
“Me gritó que me fuera. Yo le volví a decir que se tenía que
calentar la camioneta y me iba. Entonces se fue a mirar la parte de a delante
del capot, me dijo que prenda las luces y prendí las luces bajas. ¿Tenés luces
altas? me preguntó, no, le dije yo. Poné balizas me dice, yo le dije que no
tenía. Poné luz de giro me dijo, no tengo le respondí. Se acercó y me pidió los
papeles”.
El agente Ramiro Sanchez hostigó al trabajador largo rato
hasta que, sin más pretextos, comenzó a golpearlo.
“En eso me pegó una piña en la cabeza y me hizo doler. Yo
ahí le pregunté por qué me pegaba, el policía me dijo que yo me hacía el malo y
le dije que no me hacía el malo en eso me pegó otra piña. Yo siempre sentado en
la camioneta, entonces él me vuelve a querer pegar y en ese momento remontó la
escopeta y me apuntó, yo levante las manos y me cubrí la cara, en ningún
momento me imagine que me iba a pegar” relató.
Ahí fue cuando intervino el oficial a cargo del operativo y
preguntó que pasaba. “En eso que bajé los brazos, el primer policía me pegó con
la escopeta, con el caño de la escopeta. Me recostó en el asiento del golpe. Yo
me agarre la cara en donde me había pegado, me levante y me pego otra vez pero
no tan fuerte” el oficial nada hizo.
Mientras lo golpeaba, el agente Sanchez lo insultaba: “vení
maricón, vení maricón, hacete el malo ahora”.
Ramón se dirigió al oficial porque en el pueblo se conocen
todos. “¿Cómo va a dejar que me pegue así? Si yo a usted lo conozco ¿Cómo no
vino usted a echarme?” le preguntó el municipal.
El oficial se disculpó, y reconoció que Sanchez había
reaccionado mal. “Si sé que el otro actuó mal, pero te pido que no me denuncies
porque me vas a arruinar la guardia”.
Ofreció pagar los remedios, el hospital y todo gasto; además
le aseguró que no iban a secuestrar la camioneta.
Aun así el empleado ratificó su intención de denunciar al
agente que lo había agredido brutalmente en medio del operativo.
El saldo de esperar a sus amigos en la plaza de Caimancito
fue negativo para el trabajador municipal: “tengo fracturado el pómulo, del
golpe me agarró un derrame ocular, tengo la nariz y la boca dormida aparentemente
tengo cortado un nervio, y me dijeron que si no me opero puedo perder la vista.
Noveo nada porque tengo el ojo lleno de sangre”.
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