El ataque contra la escuela de policía dejó un saldo de 21 muertos y decenas de heridos.

El presidente de Colombia, Iván Duque, reactivó este viernes las órdenes de captura en contra de los negociadores de paz del ELN en Cuba y afirmó que denunciará a los Estados que protejan a esta guerrilla, acusada de un atentado que dejó 21 muertos en Bogotá.

"He ordenado el levantamiento de la suspensión de las órdenes de captura a los 10 miembros del ELN que integraban la delegación de este grupo en Cuba y he revocado la resolución que creaba las condiciones que permitan su permanencia en ese país", dijo en un mensaje desde la Casa de Nariño, sede del Gobierno.

Las negociaciones con el ELN estuvieron suspendidas por meses, pero Duque había permitido que los líderes rebeldes continuaran en Cuba con la esperanza de que el grupo cumpliera sus demandas para continuar con el diálogo.

La decisión de Duque de dar por terminados oficialmente los diálogos de paz pone fin al quinto proceso que intentaba terminar el alzamiento armado del grupo guevarista. Su antecesor, el Nobel la de Paz Juan Manuel Santos, instaló las negociaciones en febrero de 2017 en Ecuador, tres meses después de firmar un pacto que desarmó y transformó en partido a las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En mayo de 2018 la mesa se trasladó a Cuba. Duque, que asumió el poder en 2018, mantuvo las conversaciones en punto muerto hasta que los insurgentes liberaran a todos los secuestrados en sus manos, que el gobierno calcula en 17, y de que cesaran todas las actividades criminales.

El Hecho

Un coche bomba detonó el jueves en la Escuela de Policías de Bogotá en el marco de una ceremonia de ascenso de oficiales y cadetes tras irrumpir de forma violenta. Las autoridades identificaron al hombre que conducía como José Aldemar Rojas Rodríguez, disidente de las FARC y vinculado a la guerrilla del ELN.

"Escuché como si se hubiera caído el cielo en la cabeza. Fue una explosión muy grande. Cuando salí había una humareda grande", relató Rocío Vargas, una vecina del lugar.

Según versiones de policías, un perro antiexplosivos detectó la carga. Al verse descubierto, Rojas aceleró y atropelló a un agente. Tres oficiales fueron detrás del vehículo que explotó segundos después.

Se trata del peor acto de terror ocurrido en la capital colombiana desde febrero de 2003, cuando rebeldes del ahora partido FARC detonaron un coche bomba en el club El Nogal. Treinta y seis personas murieron y decenas más sufrieron heridas.

Fuente TN

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