- 25 de octubre de 2021
Alejandra Martínez, advirtió que la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta, pone en evidencia su “desinterés de trabajar con el Gobierno de Jujuy”.
Además remarcó que tal actitud “va en detrimento de los
intereses, el bienestar y la vida de las víctimas de la violencia de género”.
Recordó que la funcionaria en cuestión “visitó una sola vez
Jujuy en sus casi dos años de gestión” y que las autoridades provinciales se
enteraron de ello a través de los medios de comunicación. “En una actitud
sectaria, envía a Jujuy sus funcionarias, como la Subsecretaria de Programas
Especiales Contra la Violencia por Razones de Género y, la Directora de
Abordaje Integral de Casos de Femicidios, Travesticidios, Transfemicidios y
Delitos contra la Integridad Sexual, sin el oportuno aviso a sus pares
provinciales, omitiendo toda posibilidad de encuentro”, lamentó.
“Esto pone de manifiesto su desinterés a trabajar con el
Gobierno de Jujuy”, aseveró.
Para Martínez, “una ministra no puede tener una mirada
unilateral de las políticas públicas”, entendiendo que ello resulta
“incompatible con la resolución de los problemas que aquejan a la sociedad”,
razón por la cual se pronunció en repudio a “la falta de respeto y la discriminación
contra Jujuy por parte de Gómez Alcorta, a quien no le alcanza la tolerancia
para poder dialogar con las autoridades democráticamente electas de la
provincia”.
“Este es un problema que debe resolver para poder desempeñar
sus funciones dentro de una gestión que dice gobernar para todos y todas, pero
que en realidad favorece a una facción”, observó y recalcó que “por momentos el
Frente de Todos parece ser en realidad el “Frente de Nosotros” contra los
otros”.
Por otra parte, planteó la necesidad de que el gobierno
nacional “reflexione, cambie el rumbo, dialogue y sea tolerante con aquellas
ideas que resultan diferentes a las propias”.
En esta línea argumental, afirmó que “la diversidad en la
política es sana” y puntualizó que “gobernar un país es comprender esa
diversidad y entender la necesidad de articular políticas públicas, incluso con
fuerzas que no comparten el mismo enfoque o pensamiento”.
Martínez, continuó destacando que “el fin último de las
políticas de género es la protección de los derechos de las mujeres y la
garantía de esos derechos” y subrayó que a tal efecto “debemos buscar la unidad
de todos los sectores y los distintos niveles de gobierno para luchar contra la
violencia de género, acaso el flagelo sociocultural más preocupante en la
República Argentina y en el mundo”.
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