- 06 de septiembre de 2023
De cara a la polémica propuesta de la Libertad Avanza, el diputado provincial Adriano Morone (Frente Cambia Jujuy) afirmó que la educación pública, gratuita y obligatoria “debe ser repensada y no dinamitada”.
La educación de nuestro país “fue la base del progreso y el
ascenso social que enorgulleció a los argentinos durante el siglo XX, y motivo
de envidia de muchos países del mundo, incluidos algunos de los hoy más desarrollados”,
recordó el legislador.
No obstante, admitió Morone que el sistema educativo
“necesita una enorme transformación que lo adecue a los desafíos y exigencias
de estos tiempos y de los que vienen, para que la educación vuelva a ser el
pilar del desarrollo argentino como lo fue durante mucho tiempo”.
Analizando la evolución de la educación pública argentina,
señaló que a comienzos de 1870, alrededor del 80 por ciento de la población era
analfabeta: “fue entonces cuando el presidente Sarmiento y los distintos
gobiernos nacionales que le sucedieron, decidieron dar a la educación el rango
de política de estado, sancionándose durante la presidencia de Julio A. Roca la
mítica Ley N° 1420, base del sistema educativo argentino, estableciéndose la
educación primaria común, gratuita y obligatoria, sobre la que se asentó el
gran desarrollo de nuestro país durante las últimas décadas del siglo XIX y primeras
del siglo XX”, reseñó.
Añadió el legislador que más tarde, durante la presidencia
de Hipólito Yrigoyen, “se continuó
fortaleciendo la educación pública, se construyeron más de tres mil escuelas
primarias, se impulsaron las escuelas de educación técnica, se implementó el
uso oficial del guardapolvo blanco como símbolo de igualdad entre los
estudiantes argentinos y se promovió la reforma universitaria que abrió a los
sectores medios y a los hijos de los inmigrantes la posibilidad de acceder a un
título de grado”.
“Durante la década de 1990, como parte de las políticas de
Reforma del Estado implementadas por el menemismo, –detalló Morone- se transfirieron
los sistemas educativos que todavía administraba el Estado Nacional a las
provincias, lo cual nunca fue acompañado por la transferencia de los fondos
necesarios para que ellas pudieran hacer frente a esta nueva responsabilidad.
Esto obviamente implicó un perjuicio particularmente grave
para las provincias más pobres que se vio reflejado en problemas que nos llegan
hasta la actualidad e impactan negativamente en la calidad educativa, todo lo
cual acentuó las asimetrías y desigualdades regionales de nuestro país. Además,
con motivo de esa baja en la calidad de la educación pública se dio un fuerte
crecimiento de la educación privada, lo que contribuyó aún más a la
fragmentación social existente en nuestros días”.
Remarcó en ese sentido que “Jujuy pagó muy caro las
políticas neoliberales de los 90´ en materia educativa y no podemos como
sociedad permitir que se vuelva atrás en los esfuerzos que se han hecho durante
estos años para fortalecer la educación pública en nuestra provincia, a través
de políticas como el Boleto Estudiantil Gratuito o la construcción de
establecimientos escolares en toda la provincia”.
“Pienso en algunas de las nuevas escuelas construidas en los
últimos meses, como por ejemplo la de Coranzulí y me pregunto ¿por qué el mercado
construiría una escuela en un pueblo de alrededor de 400 habitantes si no le
sería rentable?; ¿a esos niños y niñas argentinos y argentinas que viven en el
interior más profundo se les tendría entonces que entregar un voucher para que
vayan a estudiar a una ciudad alejándolos de sus familias?; y en ese caso,
¿cómo viajarían sin el boleto estudiantil gratuito?”, planteó el diputado.
Finalmente, sostuvo que la defensa de la educación pública
“ha sido durante más de un siglo uno de los pocos comunes denominadores de la
enorme mayoría de la sociedad argentina. Hoy claramente nuestro sistema
educativo no está a la altura de lo que los argentinos necesitan ni de las
demandas de este siglo, pero lo que se requiere para que la educación vuelva a
ser la herramienta para el ascenso social y para el progreso del país no es
dinamitar la educación pública y profundizar la desigualdad, sino potenciarla,
no solo con mayor inversión sino además repensando todo el sistema”, concluyó.
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